Hay personas que consideran que no es tan malo vivir en medio del caos e ir encontrando las cosas al azar y no cuando las necesitamos, pero en verdad, la planificación es fundamental para disfrutar de un modo de vida ecuánime, robusto e incluso encauzado al triunfo. Según diferentes estudios se establece que las personas que cuentan con sus domicilios perfectamente acomodados son más autosuficientes, llevan una vida más placentera y en correspondencia padecen de menos agobios.
Una vivienda desordenada, puede ocasionar ansiedad, problemas de sueño, falta de concentración, fatiga… En la doctrina zen, el orden es primordial, y no solo en calidad espiritual y mental, ya que el área vivaz también debe tener coherencia y conformidad.
Cómo reorganizar la vivienda de forma sencilla y rápida
Nuestra casa es el sitio idóneo para aprovechar al máximo momentos únicos e inolvidables y exprimir todo lo que podamos el tiempo de descanso.
Por ello, sigue leyendo para descubrir como ganar mas espacio en el hogar, y que beneficios nos aporta el disponer de la vivienda completamente organizada.
Llevar a cabo una limpieza general con su correspondiente planificación y la creación de nuevos espacios, favorecerá al inmueble para que se transforme en un hogar confortable, funcional y a la vez permita la buena convivencia entre las personas de la misma unidad familiar.
Para que esta estrategia sea sencilla tenemos que llevar a cabo la táctica
“divide y triunfarás”.
Asimismo, cuántas más personas se impliquen, más ligereza se hará y más apreciado será el resultado. Desarrollando el triunfo de una casa ordenada, limpia, agradable y funcional. Los más pequeños de la casa también pueden ayudar y colaborar, lo que es una idea perfecta, porque ellos serán luego los responsables de tener ordenadas sus cosas.
- Construye buenos hábitos de orden: Para obtener buenos hábitos debes saber que no se logran de la noche a la mañana, necesitas un tiempo para que el hecho que quieres perfeccionar se vuelva un hábito.
- Ser selectivo con lo que se compra y se mantiene: Cuando consideres comprar algo, piensa no sólo en el precio si no en la utilidad que le darás diariamente.
- No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy: Establece unas normas diarias, como pueden ser: dejar la cama hecha antes de irnos, el baño siempre recogido después de cada ducha, etc. ¡No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy!
- Potencia los espacios de guardado: En muchas ocasiones, armarios, altillos, vestidores… no contribuyen al orden porque no están preparados para este fin. Crea nuevos espacios de guardado. Y almacena en él todo lo que no puedes en otros espacios de la vivienda.
- Aprovecha los cambios de estación: Al cambiar la estación debemos guardar las prendas que no utilizaremos con la nueva estación. Antes de eso hay que lavarla y doblarla perfectamente para que así cuando necesitemos volver a utilizarla, la ropa esté impoluta para su uso.
Ideas de cómo organizar la casa y a la vez ahorrar energéticamente
Del mismo modo, el ahorro en una vivienda es parte clave del día a día. El ahorro energético no es un hecho inmediato, pero si se trata de reorganizar costumbres para lograr ser más consecuentes con nuestro consumo.
- Luz solar: Aprovecha las virtudes de la naturaleza y benefíciate al máximo de la luz natural.
- Proyecta correctamente la iluminación: Y si además pintas el techo y las paredes con tonalidades claras, ganarás luminosidad y, como resultado, consumirás menos luz.
- ¿Cuál es la temperatura ideal para el hogar?: Se estima que 20ºC -22ºC en invierno y 22ºC-25ºC grados en verano, es la temperatura perfecta para la vivienda.
- Consume en horas valle: A la hora de poner los electrodomésticos de la vivienda, benefíciate de las tarifas de discriminacion horaria y ponlos en funcionamiento cuando el precio del kwh sea más bajo.
- Presta atención al consumo fantasma: Desenchufa los aparatos que no uses, como el calefactor, los aparatos digitales, el cargador del móvil etc.
- Cubre las ollas y sartenes mientras cocinamos: Si dispones de vitrocerámica no solo tardará más en hacerse la comida, si no que derrochamos más energía, al hacer trabajar más la placa.